Rescatan a los tres tripulantes de un pesquero que se hundió ante Cabo Vilán
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- Category: Accidentes
- Published on Friday, 20 September 2024 17:06
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Rescatados tres marineros del palangrero Valencia Filgueira, de Muxía
El barco, que faenaba a 16 millas de Cabo Vilán, sufrió una vía de agua y acabó hundido
20 sep 2024 . Actualizado a las 12:13 h.Los tres tripulantes del palangrero de Muxía Valencia Filgueira tuvieron que ser rescatados esta mañana cuando faenaban a 16 millas al oeste de Cabo Vilán. El barco en el que faenaban sufrió una vía de agua y, pese a los intentos de mantenerlo a flote, acabó hundido sobre las once de esta mañana. Los marineros son trasladados a su puerto base por la embarcación Salvamar Altair.
La Costa da Morte acaba de ser escenario de un nuevo suceso marítimo, aunque en este caso los pescadores afectados acabaron sanos y salvos. A las nueve y veinte de la mañana saltaron las alarmas ante la petición de auxilio de la tripulación del Valencia Filgueira, un histórico palangrero de fondo de Muxía que sufría una vía de agua muy cerca del dispositivo de separación del tráfico marítimo. A la llamada de socorro acudió en una primera instancia de pesquero fisterrán Santa Rita, que recogió a los tres náufragos. También se dirigieron a la zona la lancha Salvamar Altair y el helicóptero Helimer 401.
Una vez recogidos los tres marineros a bordo del Santa Rita, los medios de salvamento y otros marineros intentaron mantener el barco siniestrado a flote. Aplicaron bombas de achique, pero fue imposible mantenerlo. Los tripulantes de la Salvamar Altair se ocuparon entonces de recoger la balsa salvavidas y otros objetos que quedaron a flote y, una vez rematadas estas operaciones, se dirigió con los tres marineros siniestrados hacia el puerto de Muxía.
Es la segunda vez que se hunde el Valencia Filgueira, aunque la de hoy puede ser la definitiva. El 29 de septiembre del 2007, este mismo barco se fue al fondo en el puerto muxián a causa de las bombas de palenque de las fiestas de San Miguel. Ese día, a media mañana, cuando una empresa pirotécnica preparaba una traca, una rafa de viento tiró el caballete desde el que iban a ser lanzadas. Con la mecha encendida, los artefactos acabaron estrellándose contra el pesquero, que estaba amarrado a puerto, y explotaron. El palangrero salió tan dañado que acabó en el fondo pese a los intentos de mantenerlo a flote por parte de numerosos marineros. Una de las cuadernas del casco quedó muy dañada.
El Valencia Filgueira medía 19,50 metros de eslora, tenía el casco de madera y fue construido en 1992. Entró en servicio en julio de 1993. Sus depósitos podían albergar más 5.000 litros de gasoil, aunque desde Salvamento apuntaron que en el lugar del siniestro, a 16 millas de Vilán, no se percibían indicios de contaminación. Después de aquel suceso del 2007 por la explosión de pólvora, el pesquero fue reflotado y recuperado en los astilleros Abeijón Hermanos, de O Freixo. Regresó al mar 50 días después de aquel suceso después de los consiguientes problemas laborales ocasionados por la obligada parada. Su armador, Manuel Valencia, se quejaba por entonces de los numerosos problemas con los que se había encontrado para hacer frente a la situación.
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COMENTARIOS DE AEMC
La Seguridad Marítima, es quizás la competencia más importante que tiene La DGMM,
y por supuesto la Secretaria General de Transporte Marítimo.
Es evidente que existe una estrecha relación entre la adopción de las normas de seguridad y los accidentes de la flota civil.
Por esa simple razón, no se entiende lo que está ocurriendo.
En los últimos años la flota pesquera española se ha reducido drásticamente, pero no así los accidentes.
El caso "Villa de Pitanxo" que aún debe de estar "enfriando", quizás para distanciarlo en el tiempo, dejó al descubierto las graves irregularidades del modelo
vigente: el modelo tecnoburocrático "Prestige".
¿A quién pedirle explicaciones coherentes sobre este asunto?
Alguien tendrá la responsabilidad política de lo que está ocurriendo.
Sin embargo, a juzgar por la indiferencia con la que se asume está intolerable situación, no hay razones para tomar medidas responsables.
Y por lo tanto, "patada a seguir", cuando lo que tendría haber son ceses evidentes.
Que después de lo ocurrido en Formentera con la "dana" y la embarcaciones de recreo, todo siga igual, no se entiende.
Simplemente, incomprensible e indecente.