LA ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE MARINOS DE LA ADMINISTRACIÓN MARÍTIMA DENUNCIA LA ACTUACION DEL DIRECTOR GENERAL DE LA MARINA MERCANTE, D. RAFAEL RODRIGUEZ VALERO

LA ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE MARINOS DE LA ADMINISTRACIÓN MARÍTIMA DENUNCIA LA ACTUACION DEL DIRECTOR GENERAL DE LA MARINA MERCANTE, D. RAFAEL RODRIGUEZ VALERO  

 

LOS MARINOS PROFESIONALES DE LA ADMINISTRACION MARITIMA INDIGNADOS CON LOS CESES POLÍTICOS

ASPROMAR SE QUEJA ANTE EL DIRECTOR GENERAL DE LA MARINA MERCANTE POR LA DESTITUCION DEL CAPITAN MARITIMO DE CASTELLON

 

D. Rafael Rodríguez Valero

Director General de la Marina Mercante

Ruiz de Alarcón, 1 - Madrid

Estimado Sr. Director:

Por la presente deseamos transmitirle el malestar que nos ha causado la destitución del capitán marítimo de Castellón y ello no solo por tratarse de un marino y pertenecer a nuestra Asociación con la cual viene colaborando asiduamente, sino por una serie de causas objetivas algunas de las cuales le exponemos a continuación.

Este profesional venía desempeñando su labor durante veinte años sin que existiese queja en su gestión que haya dado lugar a expediente alguno, en cuanto a las funciones que la ley encomienda al Capitán Marítimo. Además nos consta que se trata de un profesional de reconocido prestigio y buen hacer. Igualmente en la unidad administrativa que dirigía estaba considerado como tal por la mayoría de sus trabajadores y colaboradores. Por lo que hemos sabido si ha habido informes y contestaciones a quejas, centradas principalmente por el astillero que según parece ha inducido con sus presiones a esta destitución y quejas de algún elemento aislado de su entorno, algo usual en los Capitanes Marítimos en cumplimiento de sus funciones.

Últimamente se está repitiendo este tipo de destituciones políticas que según todos los indicios obedecen a causas ajenas al funcionamiento de la capitanía y de su titular en cuanto al ejercicio de sus funciones. Esto no mejora la imagen que se ofrece a la sociedad sino que hace parecer a los capitanes marítimos como meras marionetas que deben seguir el vaivén político de los que gobiernan. ¡Cómo si el administrar la mar y sus ámbitos pudiese o debiese hacerse de forma diferente según quién gobierne! El capitán marítimo es un empleado público más con un nombramiento y como tal está sujeto al cumplimiento de la ley. Sus objetivos deben ser, entre otros, gestionar su unidad con rectitud y eficacia administrativa y aplicar en su jurisdicción la normativa vigente, en las diferentes flotas y otros elementos del sector. Y esto nos consta que nuestro compañero lo ha hecho con solvencia.

Convendrá usted que esta compleja misión difícilmente se puede desarrollar si no se dispone del apoyo de su centro directivo. Por el contrario cualquier puenteo de la autoridad marítima periférica (capitanes marítimos, jefes de distrito, inspectores, etc.) para eludir las obligaciones delos administrados, sean cual sean sus intereses, perjudica en gran manera su funcionamiento y pone en peligro su integridad pudiendo afectar a la seguridad jurídica de los propios empleados públicos debido al desamparo. Esto se agrava si la propia organización, en este caso el centro directivo, en lugar de respaldarlo, lo aparta del cargo. Pensamos que, aun siendo de libre designación, una vez designado un profesional y habiendo desempeñado eficazmente su labor durante tanto tiempo, para destituirle hace falta como mínimo una razón objetiva, tal como incumplimientos, una mala gestión continuada u otra serie de conductas que motiven el cese. De lo contario estaremos ante una figura de papel cuya autoridad ficticia puede ser retada por cualquiera de los poderes fácticos del sector, (sector pesquero, naviero o de la construcción naval), los cuales con una gestión de alto nivel pueden hacer que la autoridad marítima quede anulada.

Desde nuestra posición comprometida con la Seguridad Marítima valoramos positivamente la actitud en la difícil misión de velar por ella en su jurisdicción por lo que creemos que la Administración debería reconocerles estos méritos a sus profesionales en lugar de castigarlos.

Por ello si como venimos escuchando en algunos de los últimos ceses, son presiones del sector, lo que fuerza las destituciones, resultaría preocupante para la Administración Marítima española por cuanto quedaría en entredicho no sólo su autoridad sino también su independencia y su capacidad de actuación, es decir, la propia razón de su existencia. Bien sabe usted que, lamentablemente, la mar no entiende de presiones políticas y que el cumplimiento de la legislación marítima tiene por sentido la protección de la seguridad de la vida humana en la mar en un medio absolutamente implacable.

En este sentido es preciso recalcar que la Administración está al servicio de los intereses generales no de los intereses de un determinado sector quedando los administrados y empleados públicos sometidos al orden legal. Este sistema es la garantía del funcionamiento del Estado de derecho y la autoridad es la encargada de velar por él. Apartar a los elementos incómodos no constituye garantía alguna ni mejora la calidad del servicio público, sino más bien contribuye a su deterioro.

Por todo ello le pedimos que haga llegar a quién corresponda nuestra preocupación por este tipo de ceses y la manera en que se vienen realizando con un nivel de repetición ya alarmante. Somos testigos directos de que se está causando inestabilidad en el sector marítimo y desconcierto en el ámbito de toda la Administración amén de una sensación de indefensión en los profesionales que en ella trabajamos. Finalmente pedimos que el centro directivo respalde el desempeño de la autoridad marítima en el ejercicio de sus funciones puesto que es la única manera de que pueda  ejercerlas con eficacia.

Atentamente,

17 de enero de 2013

Fdo. José Luís Santamaría, Presidente.

 

ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE MARINOS DE LA ADMINISTRACIÓN MARÍTIMA

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