Fugas radioactivas y metales pesados: los problemas medioambientales de Umicore, candidata al Musel

 

 

 

NIORTES

La multinacional belga, con un proyecto industrial para el puerto gijonés, ha protagonizado varios escándalos en su país.
 
 

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.
 
 
 

Umicore ha presentado a la Autoridad Portuaria de Gijón una solicitud para instalarse en el Puerto de El Musel. Aspira a 450.000 metros cuadrados. La multinacional belga, cuyo origen se remonta a principios del siglo XX y la extracción de minerales en el Congo, busca desarrollar un proyecto industrial relacionado con la fabricación y el reciclaje de componentes para baterías de vehículos eléctricos.

El reciclaje puede ser un negocio sucio, y en Hoboken, un suburbio de Amberes, lo saben bien. La planta de Umicore trata residuos electrónicos y pilas usadas de toda Europa para extraer metales preciosos presentes en la basura electrónica, como plata, oro y platino. Se trata de una actividad industrial ligada a la llamada economía circular, no exenta de riesgos para la salud pública si las empresas escatiman en medidas de seguridad para ahorrar costes. En 2020, según la revista Político, se percibió un aumento de los problemas sanitarios relacionados con la actividad de la fábrica. “Más de 60 niños han mostrado altos niveles de plomo en la sangre. Un niño de 5 años tenía cinco veces más del límite de 5 microgramos por decilitro de sangre que la Organización Mundial de la Salud considera seguro”, informaba la prestigiosa revista.

 
Planta de Umicore en Hoboken, Bélgica.

Vertedero radioactivo

La contaminación asociada a las cuatro plantas que Umicore tiene en Bélgica ya han sido denunciadas y la situación manifiesta lo complejas que son este tipo de operaciones industriales en zonas densamente pobladas. Solo en la planta de Umicore, en Olen, se han encontrado más de 500.000 m³ de residuos radiactivos, en lo que Greenpeace ha denunciado como un vertedero mal gestionado y con fugas. Un reportaje de la televisión pública belga sobre el vertedero de residuos radioactivos, muy crítico con su gestión, provocó un escándalo político en el país, que llevó a la compañía a emitir un comunicado público acusando a los periodistas de RTBF de “manipular” y “tergiversar”. “La empresa gestiona de forma transparente, proactiva y responsable el legado medioambiental de décadas de actividad industrial y lamenta que de esta manera se hayan difundido datos erróneos” señalaba en el comunicado.

Contaminación por metales pesados

Umicore es consciente de los peligros de la contaminación por plomo desde hace décadas. Su respuesta ante la elevada radiación que hay en los entornas de sus cuatro factorías belgas ha sido comprar las casas de las familias cercanas con niños pequeños y crear un “cinturón verde” alrededor de la fábrica. “Ofrecemos a las familias con niños de los alrededores la posibilidad de vender sus casas a precios atractivos, de modo que podamos crear una zona de amortiguamiento verde”, señalaba el director general Marc Grynberg en un comunicado de marzo de 2021. Hasta el momento, unas 30 familias han manifestado su interés por mudarse, según los medios de comunicación locales.

 
çActivista de Greenpeace en el vertedero radioactivo de Umicore.

La apuesta por reducir el consumo de materiales y apostar por la economía circular en la UE va a llevar a un necesario aumento de la llamada “minería urbana”, el reciclaje de material tecnológico obsoleto con componentes y materiales que tratados de manera adecuada pueden tener una segunda vida. Aproximadamente un tercio de todos los residuos electrónicos no se recogen por separado ni se reciclan adecuadamente, lo que supone una pérdida de recursos valiosos y contaminación química, tanto dentro como fuera de la UE.

En el artículo Justicia medioambiental y deuda ecológica en Bélgica: El caso UMICORE, publicado en 2008 por la Civil Society Engagement with ECological EConomicsNick Meynen, Responsable de Política de Transición Económica de la Oficina Europea de Medio Ambiente ya estudiaba las causas y efectos que estaba provocando la industria del reciclaje de metales preciosos en Bélgica. Meynen recomendaba iniciar la creación de un fondo económico, sufragado por las propias empresas, que pudiera compensar a las víctimas de enfermedades relacionadas con el plomo, el arsénico y el cadmio. Un modelo podría ser el fondo de la industria del amianto que ya indemniza a las víctimas del amianto. También recomendaba continuar con los esfuerzos para reducir las emisiones de metales tóxicos.

 
Imagen de un incendio de la factoría matriz de Umicore en Hoboken en marzo de 2022. Foto de VRT Nws procedente de la red social X

Umicore tiene un plan

En junio de 2022, la multinacional belga presentó un plan de 5.000 millones de euros de inversión para ampliar su negocio de materiales para baterías de aquí a 2026, informaba Reuters, preparándose para el previsible aumento de la demanda, impulsada en gran medida por la producción de vehículos eléctricos. El plan prevé un gasto medio de 1.000 millones de euros al año. El precio de la operación duplicaba las previsiones de los analistas y provocaba una caída de las acciones del 10% a su valor de mercado: 940 millones de euros. Para recuperar los costes de la inversión, Umicore busca ahora fondos en los mercados de deuda o de renta variable. La empresa cuenta también con planes industriales en China, EEUU y Canadá.