Aumento de emisiones del transporte marítimo de contenedores dificulta objetivos de descarbonización de la OMI

 

 

 

21 de Abril de 2025 

 
Las emisiones mundiales del sector aumentaron un 14% en 2024, hasta 240,6 millones

Los últimos datos revelan que el transporte marítimo mundial de contenedores registró en 2024 un máximo histórico de emisiones de carbono, debido en gran medida al impacto del conflicto en el Mar Rojo, según los datos publicados por Xeneta y Marine Benchmark. Con cifras que van en la dirección equivocada, se plantean cuestiones fundamentales sobre si el objetivo de la Organización Marítima Internacional (OMI) de cero emisiones netas en torno a 2050 es remotamente alcanzable. 

Las emisiones mundiales de los contenedores aumentaron un 14% en 2024, hasta 240,6 millones, superando con creces el récord anterior de 218,5 millones de toneladas de carbono establecido en 2021. Para ser claros, esta estadística récord se debe en gran parte a que los buques navegan distancias más largas alrededor del Cabo de Buena Esperanza tras la escalada del conflicto en el Mar Rojo en diciembre de 2023.

Mayores aumentos proceden de los buques más grandes

Los mayores aumentos de las emisiones de carbono proceden de los buques de grandes dimensiones, que son también los que experimentan los mayores aumentos en el trabajo de transporte.

Las emisiones de los portacontenedores de entre 14.500 y 20.000 TEUs alcanzarán los 24,2 millones de toneladas en 2024. Esto supone un aumento de 7,3 millones de toneladas (+43%) en comparación con 2023. Mientras que las naves de más de 20.000 TEUs también experimentaron grandes aumentos, un 35% más que en 2023, hasta 19,6 millones de toneladas.

 Ambas categorías de buques representaron el 18% de las emisiones totales de CO2 de la flota de portacontenedores en 2024, pero esta estadística alcanza una dimensión mayor  si se consideraque ambos tamaños representan el 25% de la capacidad total mundial.

Aunque los buques de más de 14.500 TEUs hayan registrado los mayores aumentos interanuales, quizá no sean la principal causa de preocupación. Esto se debe a que los buques de entre 8.000 y 12.000 TEUs tienen una cuota mucho mayor del total de emisiones.

Una base más alta en 2023 significa que los 51,3 millones de toneladas de CO2 emitidas por esta categoría de buques en 2024 sólo suponen un aumento interanual del 8%. Sin embargo, estos buques representan más de la quinta parte de las emisiones totales a pesar de que sólo representan el 20% de la capacidad mundial de transporte marítimo de contenedores.

La desproporcionada relación entre la cuota de capacidad de transporte marítimo y la cuota de emisiones se explica porque los buques más grandes tienden a ser más nuevos y, por tanto, mucho más eficientes en términos de emisiones de carbono.

En muchos tamaños de buques, el aumento de las emisiones en 2024 se sitúa a unos pocos puntos porcentuales del aumento del trabajo de transporte.

Se acerca la regulación

Los datos récord sobre emisiones son un oportuno recordatorio de la tarea que hay por delante tras la reunión celebrada la semana pasada (7-11 de abril) en Londres por el Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 83) de la Organización Marítima Internacional (OMI). La norma clave de este nuevo reglamento será la intensidad del combustible utilizado por el transporte marítimo mundial. Esto se medirá en función de la intensidad (incluyendo el ciclo de vida completo del combustible).

A partir de 2028, los buques deberán reducir su intensidad de combustible en un determinado porcentaje respecto a la línea de base establecida en 2008.

Hay dos niveles en lo que respecta a los factores de reducción:

  • Nivel 1 - el objetivo de base:

Fijado en una reducción del 4% en 2028. Un buque pagará US$380 por cada tonelada de emisiones de GEI que supere el objetivo básico de reducción.

  • Nivel 2 - objetivo de cumplimiento:

Fijado en un 17% de reducción en 2028. Los buques que se sitúen entre el objetivo básico y el objetivo de cumplimiento pagarán US$100 por cada tonelada de emisiones de GEI o comprarán unidades correctoras. Los buques que superen el objetivo de cumplimiento obtendrán unidades excedentarias, que podrán acumularse durante dos años o intercambiarse con los buques que no cumplan.

Los objetivos de reducción aumentarán cada año, con la expectativa de una reducción del 65% de la intensidad de carbono para 2040. Aún quedan muchos detalles por concretar, muchos de los cuales deberían llegar en octubre de 2025, cuando se espera que el acuerdo esté finalizado y aprobado.

Aunque las opiniones sobre el acuerdo son dispares, las líneas navieras tienen ahora más certidumbre sobre el camino hacia la descarbonización.

Estrategia de líneas navieras

Con las amenazas de aranceles de EE. UU. a todos los países del mundo y más del 100% de China, será difícil incluir las emisiones de carbono en las cadenas de suministro. Sin embargo, aunque actualmente las líneas navieras están sometidas a enormes presiones financieras, aún pueden incluir la reducción de las emisiones de carbono en su estrategia de contratación de transporte de carga.

Es importante subrayar que unas emisiones más bajas no siempre equivalen a unas tarifas de flete más bajas. Aunque es comprensible que los propietarios de carga den prioridad a la tarifa óptima durante las negociaciones de su próximo contrato, esto no significa que no puedan tener en cuenta también las emisiones de carbono, especialmente cuando eligen entre dos líneas navieras con tarifas y servicios similares.

Por MundoMaritimo