LA TRAGEDIA DEL “VILLA DE PIANXO”

Publicado en la Nueva España, 19 de febrero de 2022

La tragedia ha vuelto a cebarse con la Marina Civil, en esta ocasión con un buque de pesca. Son 21 las personas muertas o desaparecidas. Son decenas de familiares y personas próximas las que viven sumidas en el dolor, en la angustia y en la remota esperanza de un milagro.

Es una situación que lleva siglos repitiéndose, porque los accidentes en la mar se cuentan por cientos y por más de cientos los muertos. La pesca arroja el mayor índice de accidentes de todos los sectores productivos, sin embargo, muchos barcos siguen saliendo a la mar en condiciones de riesgo, incumpliendo normas, poniendo en peligro la vida de las personas que ejercen su actividad a bordo. Detrás de esa realidad hay toda una tropa – no todos, afortunadamente- de armadores, de políticos, de altos cargos, de gestores, de ingenieros, de inspectores, de funcionarios, de legisladores y de fiscales y jueces, que propician con sus conductas y actuaciones unos hechos que son más debidos a la temeridad que al infortunio.

 

La mar es un medio hostil, arriesgado, cambiante, duro, incomodo y en ocasiones también dulce y placentero, pero no engaña. Se engañan quienes quieren ignorar que hay huracanes, bajíos, nieblas, corrientes, montañas de hielo a la deriva, temperaturas gélidas, y atmósfera asfixiante, olas gigantes, mares cubiertas de hielos, pasos estrechos, y también piratas que no dudan en atacar a las dotaciones de los barcos.

 

Hay barcos que han sido mal diseñados, barcos mal construidos, ilegalmente reformados, achatarrados, con máquinas deficientes o malamente mantenidos, personas que asumen responsabilidades sin estar debidamente capacitadas, algunos capitanes marítimos que carecen de conocimientos y experiencia para asumir sus responsabilidades.

Hay medios, como Televisión Española contaminados, que manipulan la información marítima, la militarizan y desvirtúan. La idea de que los de Guerra son marinos y los de la Marina Civil son marineros, es propia de ignorantes o de servidores de un estúpido clasismo militarista.

 

Hay demasiadas circunstancias que afectan negativamente a las condiciones de vida y trabajo en la mar.

 

Las causas reales de los accidentes en la mar, o se tapan o se desvirtúan. La Comisión de Investigación de Accidentes e incidentes Marítimos no nos merece confianza y credibilidad. No hay rigor y profesionalidad en sus actuaciones. La Tecnoburocracia no conoce la mar, la burocratiza.

 

Autoridades y responsables del asunto, no se escondan detrás del golpe de mar, mírense al espejo, tengan la gallardía de reconocer que ceden y colaboran irresponsablemente con el capitalismo salvaje, que consienten la explotación brutal de los marinos civiles en condiciones de alto riesgo.

 

No militaricen la Marina Civil, no derrochen dinero en medios materiales superfluos y ocúpense de garantizar la profesionalidad de quienes los gestionan en tierra y los vuelan y los navegan en la mar.

 

Piensen en las condiciones en las que quedarán las familias y los huerfanos. No sean miserables con ellos. Legislen para protegerlos como merecen.

 

No nos deslumbren con entierros espectaculares y preocupense de que los marinos civiles y en especial los pescadores vivan y trabajen como seres humanos dignos de respeto.

 

 

Cap. José A. Madiedo Acosta

 

Ex- director general de la Marina Mercante