Políticos y empresarios cerraron ayer filas en torno a Laureano Lourido por, dicen, haber sabido liderar la Autoridad Portuaria durante unos años "difíciles", con profundos retos económicos, y en un contexto de actividad cambiante e incertidumbre. La marcha de Lourido, que tal y como desveló ayer LA NUEVA ESPAÑA dejará en las próximas semanas su cargo de presidente, generó un reguero de mensajes de apoyo al capitán corverano, pero, también, un listado de objetivos para el futuro nuevo responsable, que deberá situar al Puerto de Gijón como centro de un gran "polo logístico en el Cantábrico". Así lo señaló, al menos, Alejandro Calvo, consejero de Fomento, que quiso reconocer el "gran esfuerzo" de Lourido para "reconducir la situación financiera" del puerto gijonés en unos años que fueron especialmente "difíciles" en este apartado. Adriana Lastra, delegada del Gobierno en Asturias, también quiso reafirmar ayer su "reconocimiento a la labor" del presidente saliente, y Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, destacó la "firmeza" del capitán, a quien atribuye buena parte del mérito de la gestión para "desbloquear en tiempo récord" el plan de Naval Azul: "Cuando la ciudad necesitó a su Puerto, su presidente estuvo".

La Regidora aseguró que el ahora presidente saliente "fue de los primeros en entender la importancia que la compra de estos terrenos (los portuarios de Naval Gijón) tenía para la ciudad". "Me consta que también fue de las personas que más insistió a la hora de cerrar en máximos la cesión del paseo marítimo", señaló la forista, que fue la autoridad que se manifestó ayer en términos más elogiosos sobre el capitán. Aseguró que Lourido mostró "una capacidad de gestión fuera de toda duda" y reiteró su "extraordinaria profesionalidad".