ASTILLEROS VALIÑA (A CORUÑA) EL MINISTERIO DE FOMENTO LE ACUSA DE UNA FALTA GRAVE POR NO SOLICITAR UNA AUTORIZACIÓN ANTES DE INICIAR LA OBRA

 

  Astilleros Valiña es multado con 25.000 euros por construir un barco sin permiso     La resolución reconoce probadas las denuncias del jefe de inspección por la construcción del `França Morte´ y anula los argumentos de la empresa, que reconoció haber incumplido la ley.   Lui Costas.A Coruña   El Ministerio de Fomento ha impuesto una multa de 25.000 euros a Astilleros Valiña por construir un pesquero de setenta metros de eslora sin contar con la preceptiva autorización de

la Dirección General de la Marina Mercante. El Gobierno considera que la empresa de José Valiña, que hace unos meses trasladó su sede desde As Xubias al polígono de A Grela, cometió una infracción grave, prevista y penalizada en la Ley de Puertos y de la Marina Mercante.   La resolución en la que se recoge la sanción fue firmada el 11 de febrero pasado por el director general de la Marina Mercante, Felipe Martínez, quien invalida argumentos alegados por Astilleros Valiña como que la Administración tenía conocimiento del inicio de la obra irregular y advierte que nada modifica unos hechos "cuya existencia ha resultado probada" porque el inicio de la construcción del barco sin permiso "no solamente es evidente, sino que incluso la propia empresa expedientada la reconoce como cierta".   Dos años de trámites   Astilleros Valiña empezó a construir el França Morte en la primavera de 2004, cuando era capitán marítimo Serafín Díaz Regueiro, que fue imputado en una trama de falsificación de certificados de barcos. El buque, un arrastrero de setenta metros de eslora, había sido encargado por un armador portugués para faenar en el Mar del Norte.   El astillero no solicitó el permiso hasta seis meses después de haber empezado a construirlo y cuando el casco de la embarcación estaba prácticamente armado, pese a que el reglamento sobre construcción de buques exige a los astilleros que presenten un proyecto de construcción elaborado por un ingeniero naval y visado por el colegio de ingenieros. Este proyecto es analizado luego por inspectores marítimos para determinar si cumple con las medidas de seguridad y puede construirse. La ley también prevé que los barcos destinados a exportación pueden ser inspeccionado por funcionarios del país de recepción, siempre que Marina Mercante autorice su construcción y dé el visto bueno al proyecto.   Cuando el actual capitán marítimo, Gustavo Ortega tomó posesión de su cargo y descubrió la irregularidad, Astilleros Valiña alegó que el proyecto había sido elaborado por un ingeniero islandés que no podía visarlo en España y pidió a la Administración que le eximiese de cumplir la ley, a lo que Marina Mercante dio su aprobación.   Eximido de cumplir la ley   Cuando la Capitanía Marítima de A Coruña abrió en marzo de 2005 el expediente sancionador que se resuelve ahora, Marina Mercante ya se había comprometido a buscar una salida a la situación irregular del buque y puso a sus ingenieros navales al servicio de la empresa para revisar el proyecto. Entonces, un inspector de la capitanía marítima revisó el buque a medio construir y apreció varias irregularidades graves. Marina Mercante dio la razón al funcionario, pero luego, el 13 de abril de 2005 aprobó su construcción con el ánimo de regularizarlo y le exigió la corrección de los fallos.   La misma administración autorizó a Astilleros Valiña a botar el barco el 22 de julio y a entregarlo a su armador sin que el área de Inspección de la Capitanía Marítima comprobase si las irregularidades habían sido corregidas.   Y es que la intención de Marina Mercante era que los inspectores de la capitanía comprobasen que las modificaciones se habían hecho, pero la capitanía no disponía de ningún ingeniero naval para realizar la inspección porque los dos únicos que trabajan en la capitanía coruñesa habían sido recusados por el propietario de Astilleros Valiña.   Durante la instrucción del expediente ahora concluido Astilleros Valiña alegó que el jefe del área de Inspección, Fernando Balbás   -que denunció la situación irregular del barco- y el inspector Luis González no serían imparciales a la hora de revisar el buque porque José Valiña había declarado en contra de ellos en un expediente disciplinario que Fomento abrió a los funcionarios tras recibir quejas de que eran "demasiado estrictos en sus inspecciones".   La Capitanía Marítima de   A Coruña y la Dirección General de la Marina Mercante aceptaron la recusación y apartaron a los dos funcionarios del expediente contra Valiña. El director de la Marina Mercante hace suyos los argumentos del instructor del expediente sancionador en la resolución y advierte que los anteriores conflictos entre los inspectores y la empresa no modifican que los hechos que ellos denunciaron han quedado probados.     COMENTARIOS DE AEMC   NO SERÍA JUSTO OLVIDAR LA IMPLICACION D ELA INSPECCIÓN GENERAL DE BUEUS EN TODO ESTE PROCESO