Francia, nuevo orden y danza de ineptos
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- Published on Wednesday, 27 April 2022 06:56
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Vivimos tiempos de reforma, de profundos cambios geopolíticos y estratégicos, de mutación de un modelo unipolar, dominado por EEUU, a otro multipolar en el que nuevos y potentes actores reclaman mayor protagonismo y están dispuestos a ejercerlo. China, Rusia, India, Brasil y otros ya no aceptan que el orden impuesto tras la Segunda Guerra Mundial sea eterno e inalterable.
La falsedad mediática y la manipulación informativa sucumben ante lo que vemos y vivimos todos los días. En la gran Europa, liberales y socialdemócratas, como fieles servidores del capitalismo salvaje, comprueban día a día que los ciudadanos saturados ya de sus burlas y cinismo optan, en medio de la confusión generalizada, por las falsas promesas de profetas acartonados que ofrecen un nuevo orden renovador, pero de ideología fascista.
Francia, la grande France de la liberte et la egalité, acaba de avanzar lo que se avecina. Los ciudadanos franceses han dibujado un panorama muy significativo; el 28 % de los votantes acreditados en la ultima elección presidencial han optado por quedarse en casa, quizás para dejar claro que su voto no es un crédito para defender sus intereses, sino un aval para que el bipartidismo dominante se burle de ellos.
De los que han votado en Francia, un 42 % lo han hecho a favor de los fascistas, el 58 % por un Macron, procedente de la banca Rosthchild, que se ha hecho rico en una operación con la Nestle. De ese último porcentaje, una parte muy importante son votos prestados por gentes de otros credos que prefieren al banquero antes de anticipar la llegada del fascismo. En resumen, el presidente francés gobernará con el apoyo real de menos del 30% de los franceses.
En España algunos medios han montado una lavandería social para ir blanqueando día a día el fascismo y la corrupción.
El panorama marítimo en España
Descendiendo a lo que nos es más próximo, el panorama marítimo es tan desolador e irracional como el que se respira a otros niveles.
El militarismo náutico, cuya ideología aflora al menor suspiro, y sus ahijados, los ingenieros navales, se están encargando de destrozar día a día la Marina Civil, con el irresponsable consentimiento de Pedro Sánchez y otros destacados miembros de su Gobierno. El cuadro resulta tan inconcebible como patético, pero es desgraciadamente realista y perverso.
El pimpollo que rige los destinos de la Dirección General de la Marina Mercante, forjado en ese mismo centro administrativo como asesor de un destacado candidato de Vox a diputado por Ceuta, flota, pero no navega, porque es profano en esa materia. Se esconde cuando más tenía que dar la cara, y se niega, sin aportar un solo argumento técnico solvente, a que se pueda bajar al pecio del Villa de Pitanxo. ¿Por qué? ¿Es que no le importan las 21 personas muertas y sus familias? ¿Se arregla una tragedia así con cilicio y golpe de pecho?. La ignorancia y la soberbia juntas degeneran fácilmente en esperpento
El Salvamento Marítimo, del que el director General Benito es presidente, hace aguas como en aquellos tiempos del andarivel y del Comandante poniendo en manos de un amiguete de su pueblo una compleja operación de salvamento.
Los muertos de las pateras no cotizan en la conciencia social del momento, pero las víctimas, que son personas tan dignas como ellos, lo son de un modelo marítimo degenerado y en manos de necios con título académico.
Las millas se sustituyen por kilómetros. Y se cuelan falsedades en la información sobre accidentes.
Los grandes estrategas y parásitos de este indecente modelo marítimo se sumergen ante un asunto como el del Villa de Pitanxo, que los deja en evidencia: despachos irregulares, certificados firmados en barbecho, promoción de ineptos, cursillos negocio, exterminio administrativo de capitanes, corruptelas diversas. Ni saben ni contestan.
Son el genuino producto de puros charlatanes y tradicionales parásitos de la pesca que se han enriquecido y colgado medallas traicionando a los suyos y a su conciencia. La Marina Civil y los marinos civiles, a todos los niveles, deberían despertar de su letargo y plantar cara ante la destrucción de su futuro profesional y a la de un sector que representa el 90 por ciento del las importaciones y exportaciones que se realizan a través de los puertos españoles. Deberían recordar que quienes pierden la dignidad pierden hasta su propia conciencia.