La Asociación de Armadores de China se opone a una propuesta estadounidense de imponer elevadas tasas de entrada a los puertos a los transportistas de carga marítima que poseen o han encargado buques de China, afirmando que viola las normas internacionales y las leyes estadounidenses, según un comunicado visto por Reuters el jueves.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump pretende pagar parcialmente el regreso de la construcción naval estadounidense con esas tarifas , según un borrador de orden ejecutiva visto por Reuters.

Los miembros de la CSA incluyen a COSCO Shipping de China , que se espera que sea una de las empresas más afectadas por las tarifas propuestas por el representante comercial de Estados Unidos como parte de la investigación de esa agencia sobre el creciente dominio de China en el transporte marítimo mundial.

En un comentario presentado en el sitio del USTR, CSA calificó las acciones propuestas por la agencia como discriminatorias y dijo que violan las reglas de la Organización Mundial del Comercio , así como los fallos de solución de disputas de la OMC.

La acción del USTR también viola el Acuerdo Marítimo Chino-Estadounidense de 2003, afirmó CSA, añadiendo que viola las leyes y normas estadounidenses.

Las propuestas exceden la autoridad estatutaria de la USTR, infringen la jurisdicción de la Comisión Federal Marítima , violan las normas para la acción de la agencia bajo la Ley de Procedimiento Administrativo y violan la Cláusula de Exportación de la Constitución de Estados Unidos, dijo el grupo.

Los ejecutivos del transporte marítimo mundial han advertido que la propuesta podría provocar caos en las cadenas de suministro y ser contraproducente para Estados Unidos al suponer 30.000 millones de dólares en costes anuales para los consumidores estadounidenses y duplicar el coste del envío de las exportaciones estadounidenses.

La Asociación China de la Industria Nacional de Construcción Naval , en un comentario separado, dijo que se oponía a la propuesta.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo esta semana que la medida no revitalizaría la industria de construcción naval estadounidense y que China tomaría medidas para defender sus derechos e intereses.