El tráfico de mercancías a través del puerto de Gijón ha descendido un 21% hasta octubre, atenuando levemente su caída en el acumulado anual. Al cierre de los primeros nueve meses del 2024, se habían movido por los muelles de El Musel un total de 11,8 millones de toneladas, frente a los 15 millones movidas en el ejercicio anterior.
Por capítulos, los graneles líquidos suman 1,4 millones de toneladas, el 59% más, debido en gran parte a las operaciones con GNL, que alcanzaron las 813.000 toneladas. Además, los productos siderúrgicos mantienen estables sus cifras, con casi 600.000 toneladas. En lo referido a la mercancía general, suma casi 800.000 toneladas y crece un 18%, impulsada por el movimiento en contenedor hasta las 797.000 toneladas, con un incremento del 29%.
El declive del carbón
Los datos más preocupantes los ofrecen los graneles sólidos que, en los muelles comerciales disminuyen el 42% por las menores importaciones y exportaciones de carbón. Son 2,8 millones menos de toneladas a los que hay que sumar la pérdida de 1,3 millones de toneladas en el tráfico en EBHISA, lastrado por la merma del carbón térmico, que disminuye el 19%. En total, los graneles sólidos suponen en este periodo 3,7 millones de toneladas frente a los 6,3 millones de los nueves primeros meses del 2023, un 40,1% menos.
Además, el tráfico de cereales pierde cien mil toneladas con referencia al año anterior, mientras que el movimiento de productos dolomíticos se sale de la tónica general y crece un 234%, sumando 435.000 toneladas.
COMENTARIOSDE AEMC
Las políticas se miden por sus resultados.
El Principado de Asturias y el ayuntamiento de Gijón ni entienden ni disponen de profesionales cualificados para gestionar de forma solvente los asuntos relativos a la Marina Civil, entre ellos los relativos a los puertos, tanto los de interés general, como los dependientes directamente del Principado de Asturias.
La solución al evidente fracaso portuario y la incapacidad para justificar las ampliaciones faraónicas no se deberían buscar en convertir grandes superficies que se rellenaron con arena que debería estar en la playa de Gijón y sus zonas próximas, con actividades propias de un polígono industrial, como lo es la ZALIA, que después de una expropiación forzosa de suelo rural, se ha convertido en un parque de la inoperancia y la incompetencia política. Está vacío.
En resumidas cuentas: derroche portuario, incapacidad para captar, diversificar y gestionar nuevos tráficos, caciquismo endogámico y "de familias", infrautilización de las grandes instalaciones portuarias construidas a costa del contribuyente. Políticas de "pozu" sin fondo, orquestadas por caciques y cacicas de la Asturias aletargada y corrupta.
Se acabo el carbón, Y ahora, ¿Qué? ¿Más hormigón?
O se potencian y se forman equipos humanos especializados en Marina Civil o la entrañable Asturias del alma no podrá levantar cabeza.