Adolfo Utor, dueño de Balearia y sanchista al que Marruecos pone la lupa
El naviero valenciano, amigo y paisano de Ximo Puig y José Luis Ábalos, cuenta con un fuerte competidor que estropearía sus aspiraciones sobre Armas. La danesa DFDS pagaría más de 200 millones por las rutas marroquíes, con lo que devaluaría lo que Utor quiere desembolsar por las rutas de Canarias y Península
Adolfo Utor, empresario valenciano, empieza a conocerse con más ahínco en los círculos empresariales de Canarias desde que pujó por la totalidad de Naviera Armas. En el Mediterráneo, desde la capital del Turia hasta Palma de Mallorca y Barcelona, todavía salen llagas cuando se recuerda cómo Antonio Armas (q.e.p.d.), adquirió Trasmediterránea en 2017 por menos de 300 millones de euros. Hubo un silencio tácito entre los grandes operadores mallorquines, catalanes y valencianos por conocer el alcance de un golpe de mano que dejó a la intemperie institucional al grupo Matutes-Alba (Banca March), uno de los más influyentes de la economía del Este peninsular.
De la noche a la mañana, el empresario de origen conejero (uno de los mejores de su generación), pasó a ser uno de los grandes navieros de Europa, algo que generó envidia y resquemor en las compañías peninsulares. Antonio Armas acentuó más tarde el malestar de la zona cuando en 2021 vendió a la italiana Grimaldi por 400 millones (casi lo comido por lo servido), el negocio de Trasmediterránea en el Mediterráneo. De nuevo, el status quo de una actividad tradicional de pasaje y carga era compartida con firmas foráneas, un sentimiento de peso entre los partidos nacionalistas de Baleares y Cataluña y del PSOE en Valencia.
Balearia jamás perdonó la afrenta de Armas, “sin querer entender que el acuerdo de Armas contaba con el visto bueno del Estado, incluido el Gobierno de Marruecos, que vio con buenos ojos la empatía que ofrecía Antonio Armas para potenciar las rutas de Nador y Alhucemas”, según fuentes portuarias consultadas por este periódico.
En los años en que Abel Matutes (los noventa) ejerció como ministro de Exteriores con el PP, se rompió el acuerdo de pesca. Marruecos preferió olvidar esa etapa “desacertada” del Gobierno de Aznar, por la “ambigüedad” mostrada por España ante el conflicto del Sáhara Occidental, y optó simplemente por poner distancia. Cuando Matutes, al frente de Balearia, estaba a punto de adquirir Trasme al grupo Acciona, Rabat simplemente se opuso con una llamada a Mariano Rajoy en Moncloa. El candidato del país vecino era Antonio Armas.
El impacto para Matutes determinó que vendiera su participación a Adolfo Utor, un empresario del sanchismo amigo personal de Ximo Puig, presidente de la Comunidad valenciana hasta que perdió en 2023 las elecciones autonómicas frente al PP. El vínculo con Puig es tan intenso que contrató en la naviera a uno de los ex asesores del Gobierno, José Orego, como director de expansión. También ha sido notoria la relación con José Luis Ábalos (también valenciano), como partícipe de un grupo de influencia, ya que pertenecían a la misma agrupación socialista de Valencia.
Utor, además de empresario, es veterano en política. En Denia quería ser alcalde, pero sólo fue concejal; eso sí, en los negocios prosperó hasta aflorar en 2024 que poseía el 5,4% de Prisa (por la que abonó 25 millones de euros), el grupo mediático de El País y la Cadena Ser. Ha aparecido en las grabaciones interceptadas a Koldo García por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, según publicó el periódico El Independiente, dirigido por el conocido comunicador Casimiro García Abadillo. La compañía factura en torno a 700 millones de euros.
Adolfo Utor figura entre las 100 mayores fortunas de España. Sin embargo, el elevado caché o su proximidad personal a Moncloa, no lo han hecho merecedor aún de la confianza del majzen marroquí (la oligarquía). Sigue bajo la lupa de la diplomacia alauita por un contorno de sensibilidad territorial al ser la naviera que viaja a Ceuta y Melilla, mientras que Armas cubre los destinos de Alhucemas y Nador desde Algeciras y Motril. “La empresa canaria ha sido siempre un socio estable y querido”.
Ese flanco de Balearia, unido a la “pesadilla” de Abel Matutes (recuerdan las fuentes portuarias), ha permitido que grupos empresariales de Nador contactaran con la danesa DFDS (factura cinco veces más que Balearia), para que se haga con las dos conexiones de Armas, que reportan a la matriz el 60% de los ingresos.
Las negociaciones son tan “serias” que DFDS, con una flota de 75 ferris, ha sacado cuentas y ofrecería solo por la división marroquí más de 200 millones de euros, casi tanto como la que planteada por Utor para todo el grupo. DFDS, que compró la alemana FRS en 2024, con líneas propias desde Huelva a Canarias y a Tánger, ha mantenido encuentros con dos de los cuatro fondos de inversión que controlan la mayoría de Armas Trasmediterránea, en este caso, JP Morgan y Barings. De hecho, la entrada de la firma danesa alteró los planes de Utor para anunciar a final de mes el cierre de la adquisición (el día 30 de junio), justo cuando se vencía una obligación de 50 millones a los bancos que financian a Armas.
DFDS cotiza en la Bolsa de Conpenhague con una capitalización superior a los 800 millones de euros, lo que implica una transparencia plena y creíble en sus comunicciones. Es decir, que sus intereses por las rutas a Marruecos “están legitimadas” para que prosperen. La posible venta al grupo escandinavo reduciría el valor de Armas en Canarias y Península (menos de 150 millones de euros), de manera que beneficiaría una vuelta a las negociaciones para la plataforma de empresas canarias que lidera Rodolfo Núñez, presidente de Binter, quien cuenta con el respaldo de Fernando Clavijo, jefe del Ejecutivo autonómico, y de Boluda Corporación Marítima, otro de los gigantes del transporte naval.
Los sofocos de la negociación a varias bandas han provocado, no obstante, que las agencias de calificación como Moody’s reduzcan la solvencia de Armas a la categoría CCC (equivalente a riesgo por impago). En 2026, la empresa asume un segundo pago a los bancos cifrado en 225 millones de euros. Sólo queda medio año.