La verdad está escondida a 400 metros en el fondo del Atlántico, en la bahía de Santa Cruz (Tenerife), en un barranco submarino inaccesible. Allí cada noche se tiraba a 30 personas, atadas a sacos de piedras que los mandaban a las profundidades. Más ahogamientos que fusilamientos. Era el método habitual de represión franquista en las Islas Canarias contra