Por fin, el superyate ruso Alfa Nero fue vendido, dos años después de que las autoridades de Antigua y Barbuda confiscaran la embarcación de ultralujo y la dejaran amarrada en un puerto deportivo de St. Johns. 

Alfa Nero ha sido vinculado al reservado multimillonario ruso Andrey Guryev, quien fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos a principios de 2022. Cuando Alfa Nero apareció en el puerto de Falmouth, en Antigua, más tarde ese año, el FBI acordó con las autoridades locales realizar una redada e interrogar a la tripulación para obtener pruebas de su propiedad. Guryev negó ser el propietario del barco, por lo que el gobierno de Antigua lo confiscó como propiedad abandonada y tomó medidas para subastarlo.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos levantó las sanciones al barco para autorizar su venta y, en junio de 2023, se vendió al mejor postor (el director ejecutivo de Google, Eric Schmidt) por un total de 68 millones de dólares. Sin embargo, la venta nunca se completó. La hija de Guryev, Yulia Guryeva-Motlokhov, presentó una demanda alegando que el yate era suyo. Esta demanda significó que Antigua no podía otorgarle a Schmidt un título claro; sin título sobre el barco, los representantes de Schmidt se negaron a pagar el precio de la subasta y completar la transacción, dijo el ministro de Información, Melford Nicholas, el año pasado. El barco permaneció sin venderse, lo que le costó al gobierno de Antigua unos 100.000 dólares al mes en mantenimiento. 

"Sólo quiero que desaparezca", dijo el director ejecutivo de la Autoridad Portuaria de Antigua y Barbuda, Darwin Telemaque, al periódico London Times en junio. "Todo esto... ha sido como una novela de Tom Clancy. Y yo estoy atrapado en el medio".

Esta vez, Alfa Nero parece estar a punto de partir por fin. Tras conversaciones privadas con un posible comprador, el yate volvió a ponerse a la venta, con la ayuda del corredor Northrop & Johnson. El acuerdo se cerró rápidamente por un precio informado de 40 millones de dólares. (La identidad del comprador no fue revelada).

Aunque la venta generó mucho menos dinero que el precio de subasta anterior del yate, cerrar el trato crea valor para Antigua. La posible responsabilidad de un posible accidente marítimo o derrame de un barco fuera de servicio pronto desaparecerá, junto con el costo mensual de mantenimiento y los salarios de la tripulación. La venta también evita el riesgo de cualquier deterioro del valor de los detalles ultralujosos del yate, como sus interiores de cuero y madera, que deben estar constantemente climatizados.