La sala de los horrores de la simbología franquista en el Museo Naval de Ferrol

 PÚBLICO

La instalación, dependiente del Ministerio de Defensa, exhibe banderas preconstitucionales sin mención a su significado, un barco nazi, retratos de militares golpistas y una maqueta del Azor, que Franco usaba para pescar durante sus vacaciones.

 
 
 
9/5/24 ala de banderas del Museo Naval de Ferrol, con insignias franquistas de buques que navegaron e incluso combatieron bajo la bandera republicana.
 
Sala de banderas del Museo Naval de Ferrol, con insignias franquistas de buques que navegaron e incluso combatieron bajo la bandera republicana.  Juan Oliver
 

FERROL

10/05/2024 20:14

JUAN OLIVER

La Armada Española y el Ministerio de Defensa mantienen una sala del Museo Naval de Ferrol dedicada a la exaltación de la simbología franquista sin apenas mención a su significado histórico y vulnerando la legislación de 2022 que obliga a la retirada de esos emblemas de los edificios públicos.

Inaugurada en 1986 en un antiguo presidio dentro de la base naval, la instalación también alberga retratos y recuerdos de algunos militares franquistas que participaron directamente en el golpe de Estado de 1936, y que según la ley de memoria democrática debían haber sido retirados o eliminados.
 

El Museo Naval de Ferrol, que se puede visitar gratis, guarda en sus doce salas una interesantísima colección con miles de piezas relacionadas con la historia naval: armas de la guerra en el mar como torpedos, minas y misiles; uniformes, fotografías y enseres; objetos rescatados de pecios antiguos; cuadros y esculturas; condecoraciones y medallas, multitud de modelos y maquetas a pequeña y gran escala de diversos navíos... El personal que lo atiende es atento, eficaz y dispuesto además a ofrecer explicaciones ilustradas que enriquecen enormemente la visita.

 
 
9/5/24  Sala de banderas del Museo Naval de Ferrol con enseñas franquistas mezcladas con las constitucionales y de la República, como la bandera naval del presidente Niceto Alcalá Zamora.
                                                                                                                       Sala de banderas del Museo Naval de Ferrol con enseñas franquistas mezcladas con las constitucionales y de la República, como la bandera naval del presidente Niceto Alcalá Zamora arriba en el centro.  J .O.

La sala número 10, sin embargo, parece el cuarto de los horrores de la simbología de la dictadura. En apenas 25 metros cuadrados, de sus paredes cuelgan una veintena de banderas y estandartes franquistas mezclados con otras enseñas navales constitucionales y de la República, como la del presidente Niceto Alcalá Zamora. Tomadas como un conjunto y sin explicaciones que detallen el significado concreto de cada una de ellas, dan la falseada impresión de representar lo mismo.

Sin menciones a la guerra civil ni a la represión

Un panel escrito en inglés y español, pero no en gallego, expone en cinco párrafos la evolución de las banderas de España a lo largo de los siglos, limitando a una escueta frase la explicación del origen de la franquista y sin hacer referencia a la guerra civil, ni a la represión posterior, que en Galicia costó miles de vidas de civiles y militares comprometidos con la legalidad democrática: "Con el alzamiento de Franco, se establece de nuevo la [bandera] bicolor y una parafernalia asociada a los Reyes Católicos", resume el texto.

En octubre del año pasado, el diputado del BNG en el Congreso Néstor Rego pidió al Gobierno que retirara del Museo de Ferrol, y también del Museo Histórico Militar de A Coruña, todos los elementos que pudieran suponer un ensalzamiento de la sublevación militar y del franquismo, así como los rótulos y textos que siguen empleando topónimos y lemas ideados por la propaganda de la dictadura. Rego aseguró entonces que la instalación ferrolana era "un museo de exaltación y propaganda del franquismo".

9/5/24 Maqueta de un buque en la zona del museo desde la que se accede a la sala de banderas
                                                                                                                Maqueta de un buque en la zona del museo desde la que se accede a la sala de banderas.  J. O.

La sala 10 da la impresión de ser exactamente eso, porque incluso se muestran algunas insignias cuya mera exhibición, sin el acompañamiento de referencias históricas contrastadas, parece pensada, precisamente, para deturpar la memoria y la verdad.

Por ejemplo, la bandera del Departamento Naval de Ferrol con el lema "Marina de Guerra Ferrol del Caudillo", cuando el nombre oficial de la ciudad dejó de identificarse con el dictador en 1982, hace más de 40 años; o el estandarte franquista de la fragata Cataluña, a pesar de que el buque entró en servicio en 1975 poco antes de la muerte del tirano y de que prácticamente la totalidad de su vida, hasta su retirada en 2004, navegó bajo la enseña constitucional, que no se exhibe. O la del destructor Liniers, que también mareó bajo la insignia democrática hasta que fue desguazado a mediados de los años 80.

9/5/24 Bandera franquista del destructor 'Jorge Juan', que combatió en el bando republicano contra Franco y cuya tripulación acabó en un campo de concentración marroquí.
 
Bandera franquista del destructor Jorge Juan, que combatió en el bando republicano contra Franco y cuya tripulación acabó en un campo de concentración marroquí. — J. O.

El mejor ejemplo de esa deformación histórica es la ostentación de la enseña preconstitucional, con la leyenda "Una, grande y libre" y el águila negra bordada, del destructor Jorge Juan, que parece pensada para identificar a ese buque con el bando de los golpistas. En realidad, el navío combatió a las órdenes de la República y buena parte de su tripulación acabó en un campo de concentración en Marruecos por mantener su lealtad a la democracia, sin que exista en sala mención alguna a esas circunstancias, ni explicación de por qué no se recuerda en la misma sala la bandera republicana que en su día ondeó en el barco.

En marzo de 2023, el senador de Compromís Carles Mulet presentó una pregunta escrita al Gobierno en el que alertaba de la exhibición "pornográfica" de simbología franquista en la sala de banderas en el Museo Naval de Ferrol "sin ningún tipo de vocación didáctica ni de marcar distancias higiénicas y democráticas" con la dictadura, interpelando al Ministerio de Defensa sobre sus planes al respecto.

Defensa no actúa

El departamento, que dirigía entonces y dirige hoy la ministra Margarita Robles, se limitó a responder dos meses después que estaba desarrollando "las actuaciones necesarias para cumplir de manera efectiva con la legalidad vigente en materia de memoria democrática", es decir, sin darse por enterado de la situación concreta sobre la que se le había preguntado. Casi un año después, no ha habido actuación alguna.

Público ha preguntado al Ministerio de Robles si planea retirar las banderas o acompañarlas en la exposición con textos y argumentos que justifiquen su supuesto interés histórico y valor museístico, pero al cierre de este artículo no había recibido respuesta.

 
 
9/5/24  Mascarón de proa y maqueta del 'Azor', el buque guardapescas que Franco utilizaba para su disfrute personal.
                                                                                                                  Mascarón de proa y maqueta del Azor, el buque guardapescas que Franco utilizaba para su disfrute personal.  J. O.

En el resto de salas del Museo Naval de Ferrol no existe una exaltación franquista semejante a la de la sala de banderas. Pero de nuevo, la exhibición de algunas piezas también se aventura como una violación flagrante de la ley de memoria democrática, que entró en vigor en octubre de 2022 y que establece que "carecerán visibilidad los retratos u otras manifestaciones artísticas de militares y ministros asociados a la sublevación militar o al sistema represivo de la dictadura".

Franquistas junto a demócratas

En la zona dedicada a los militares de alto rango que han pasado por la base naval de Ferrol hay un retrato de Manuel Moreu Figueroa, que estaba al mando del arsenal de la ciudad en 1936 y que fue uno de los más activos apoyos en Galicia de la sublevación militar.

9/5/24 Arriba, retrato de Manuel Moreu Figueroa, uno de los militares franquistas que contribuyó al triunfo del golpe de Estado de 1936 en Galicia
                                                                                                                                      Arriba, retrato de Manuel Moreu Figueroa, uno de los militares franquistas que contribuyó al triunfo del golpe de Estado de 1936 en Galicia. — J., O.

El cuadro está a escasos metros de las piezas que recuerdan a otros marinos contemporáneos como Miguel Moreno Romero, capitán general de la zona Marítima del Cantábrico en 1981 y cuya actuación contra los golpistas del 23F contribuyó a frenar la asonada; o como José Francisco Querol Lombardero, magistrado de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo asesinado por ETA en 2000.

En ninguno de los textos que acompañan a esas piezas se expone razón alguna que justifique que Moreu merece un trato relevante y que su figura debe recordarse en un museo público junto a las de Moreno y Querol.

Tampoco se exponen argumentos sobre la pertinencia de mostrar el mascarón de proa y una maqueta del patrullero guardapescas Azor, un navío menor de la Armada de nula relevancia en la historia naval de España y cuya trascendencia se limita a haber sido empleado por Franco, su familia y su círculo íntimo para sus paseos por la ría de Sada y para pescar atunes en el Atlántico durante sus vacaciones de verano.

Hitler, el Canarias y La Desbandá

Sí tuvo trascendencia histórica el crucero Canarias, que Franco envió en 1941 en auxilio del acorazado Bismarck, navío insignia de la flota nazi hundido ese año por las tropas aliadas frente a la península escandinava. El Museo de Ferrol ha retirado la medalla con la que Adolf Hitler condecoró al capitán del Canarias, pero muestra detalladas maquetas de los buques, con la esvástica visible en la cubierta del barco alemán.

La trascendencia histórica del Canarias, sin embargo, no se limita a esa misión de auxilio a la Alemania nazi. Ningún cartel del museo lo cuenta, pero por lo que sí deberían ser recordados el buque y su capitán, Salvador Moreno Fernández, es por su participación en La Desbandá, como se conoce a la masacre ocurrida entre el 6 y el 8 de febrero de 1937 en la carretera de Málaga a Rosas. Entre 3.000 y 5.000 civiles indefensos, en su mayoría ancianos, ancianas, mujeres, niños y niñas, fueron asesinados por la armada y la aviación de Franco, que los bombardearon durante tres días cuando trataban de escapar de los combates.