El Gobierno y las energéticas buscan convertir España en un país de referencia en el desarrollo del hidrógeno verde, vector energético cuya aplicación en la industria o los transportes difícilmente electrificables, como el aéreo o marítimo, permitirá avanzar en la descarbonización de la economía.
La Unión Europea calcula que el hidrógeno limpio, aquel que se produce con energía renovable y sin emisiones de CO2, puede satisfacer una cuarta parte de la demanda mundial de energía en 2050, frente a su prácticamente nula aportación actual, y mover 630.000 millones de euros al año.
Para hacerse con un trozo de ese pastel y evitar ser un país dependiente, el Ejecutivo lanzó en verano a consulta pública la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que recoge medidas para favorecer