1920.- MÁQUINA A VAPOR O MOTOR?

 

MÁQUINA A VAPOR O MOTOR?

He aquí la pregunta que, forzosamente, debe hacerse todo aquel que hoy se proponga adquirir un barco de nueva construcción. Máquina a vapor o motor, lo que es equivalente, carbón, con todas sus dificultades de carboneo en rada abierta, suciedad, elevado coste, muy numeroso personal para su servicio, con un trabajo pesadísimo en zonas tropicales; o aceite combustible, fácil de tomar, que permite la utilización de espacios a bordo hasta hoy casi inútiles, poco personal con trabajo mucho más humanitario, precio relativamente bajo, y muy a propósito para mantener en estado de perfecta limpieza los locales a máquinas dedicados. Hemos dicho carbón y aceites combustibles para comparar la máquina a vapor con el motor de combustión, y ello no es exacto, ya que son hoy en muy crecido número lo barcos, tanto de antigua como de moderna construcción, que, utilizando su máquina a vapor, cosa muy comprensible ya que para ellos su cambio representarla un coste excesivo, transforman los hogares a carbón de sus calderas en otros propios para quemar aceite, logrando con ello ya una muy notable economía de combustible y de mano de obra. Es innegable que esto representa el período de tránsito entre la máquina de vapor y el motor de combustión interna. ¿Máquina a vapor o motor? Para nosotros la elección no es dudosa. Respondemos: motor. V decimos motor, poique representa, no tan sólo una ventaja presente, comparándolo con la máquina a vapor sino una enorme ventaja futura; la supresión de la caldera. Dejando aparte el peligro de explosión, cosa muy digna de tenerse en cuenta en ocasión desgraciada de naufragio, en el caso de inundarse el departamento de máquinas y provocar la explosión de las calderas, circunstancia que por sí sola determina la pérdida total del barco, todo el que sepa, aun de manera muy elemental, lo que es un barco a vapor, no desconoce que si una máquina tiene una vida determinada, la caldera que la sirve, por mucho cuidado que con ella se tenga, disfruta sólo de una vida mucho más corta que la máquina. Esto es cierto, a tal extremo, que cuando se trata do adquirir un barco, lo primero que al comprador se le ocurre preguntar es simplemente: — Y, ¿cómo está la caldera? Si ella es nueva o de muy poco tiempo, bien, pero si es de la vida del barco o de la máquina, aunque sólo cuente diez o quince años, ya el comprador, hoy con muchísima más razón que antes, arruga el entrecejo. Y esto es lógico. A la máquina puede cuidársela de manera mucho mejor que a la caldera; sus piezas, en caso necesario, pueden ser recambiadas en unas lloras, ventaja de que no disfrutan las calderas, ya que a veces en determinadas navegaciones, no pueden ni visitarse durante algunos meses. Al motor le pasa lo propio que a la máquina a vapor. Todos sus órganos son fácilmente cambiables, pudiendo verificarse la operación en las paradas ordinarias, aunque sólo sean de muy pocos días o de unas horas. Además, una de las principales ventajas de los motores estriba en que en pocos minutos se hallan dispuestos a funcionar a plena potencia, mientras que la máquina a vapor, tanto si emplea aceite como carbón, requiere siempre, aun en las más modernas, unas horas. Ahora bien: en el supuesto, muy corriente por cierto, que un barco, se halle, por no poder entrar en un puerto abrigado, fondeado en su rada, caso que a veces dura días y días, tendrá necesidad de mantener encendidos sus fuegos para tener la suficiente presión por si el tiempo se pusiera malo al extremo de obligarle a mantenerse sobre la máquina, o a salir para capear un temporal. De ello se desprende un gasto tan considerable como improductivo. Inútil decir que con los motores no es necesaria la precaución, ya que ellos siempre están dispuestos. Además, cuando se llega a un puerto en el que es preciso aguardar la hora de marea favorable, ocurre lo propio; un gasto de carbón o aceite improductivo. Lo mismo puede decirse de cuando hay inseguridad de si podrá salirse o no, ya que para el caso de salida hay que tener presión. Si no se sale, de nada habrá servido el gasto de combustible hecho. Para demostrar de manera indiscutible la economía de espacio y de combustible entre la máquina a vapor y los motores, citaremos el caso, que abarca todo el problema, de un barco con máquina a vapor servida por calderas a carbón, de otro exactamente igual con caldera a aceite, y de un hermano de los anteriores con motor a combustión. Nuestro barco, que no es hipotético, sino de cuyo tipo se han construido, o se hallan en construcción, 45 unidades, es el tipo Standar, de las factorías inglesas «William Doxford & Sons Ltd.», de Sunderland. Tiene las siguientes dimensiones: eslora, 420 pies por 54 de manga y 37 de puntal. Se construye a voluntad de los compradores, como «single deck» o «shelter 'deck». En el primer caso, con 25 1/2 pies de calado, carga 9,500 toneladas, por 10,800 en el segundo con un calado de 28 1/2 pies. Son muy bellas unidades que tienen la máxima clasificación del Lloyd. Su máquina que es única, tanto si es a vapor como motor, desarrolla 3,000 caballos, imprimiendo a los barcos una marcha de 12 ó 10 1/2 millas-hora, según se trate del primero o del segundo de los tipos indicados. Siempre partiendo de la base de comprar tres barcos iguales, diremos que en el caso de utilizar má­quina a triple expansión con calderas provistas de hogares a carbón, a su velocidad comercial, consumen 36 toneladas por día de buen carbón inglés. Cuando con la misma máquina utilizan en los hogares de sus calderas aceite en lugar de carbón, su consumo es de 22 toneladas, y si en vez de máquina a vapor van provistos de motor «Oxford» de 4 cilindros, también de 3,000 caballos a 70 revoluciones, su consumo queda reducido a 9 toneladas de aceite por día, lo que por este solo lado representa una economía de más de 50 por 100 de combustible. Es más, en lugar de necesitar para su departamento de máquinas 21 hombres en el caso de máquina a vapor, sólo, si utilizan motor precisan 10 hombres, de manera que ha mano de obra se reduce en la misma proporción que el combustible. Con motor, el espacio ganado para carga útil es de unas 1,000 toneladas, llevando a pesar de ello combustible para 130 días de navegación, lo que significa un radio de acción superior a 30,000 millas. Después de estas consideraciones que acabamos de hacer repetimos la pregunta: ¿Máquina a vapor o motor? En nuestro concepto, motor. Jaime FONT MAS