Hay muchos modos de cruzar Europa. El más elemental es el coche: permite atravesar el corazón del viejo continente a través de sus múltiples y seguras carreteras. No es el único. ¿Qué hay del avión? Rápido, pero aburrido. ¿Y de la bicicleta? Bonita, pero sufrida. Si te aburre conducir pero amas conocer paisajes físicos y humanos, tu alternativa es el barco. Porque sí, se puede recorrer Europa de punta a punta sin poner un pie a tierra.
No en vano la mayor parte del continente es llana y está repleta de agua. Al contrario que países secos como España o México, los países del norte europeo viven en una gigantesca llanura que se extiende