Un hotel flotante de lujo para navegar

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El ´CD Two´ un impresionante yate de 43 metros de eslora, con capacidad para acomodar a trece invitados y dotado con una tripulación de nueve personas, está a la venta en el Moll Vell por 6,25 millones de euros

03.05.2014 | 17:50

El ‘CD Two’, un hotel flotante de lujo para navegar
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Un hotel flotante de lujo para navegar
 

I. Olaizola. PalmaEl CD Two aguarda tranquilamente amarrado en el Moll Vell de Palma una oferta de algún millonario que quiera hacerse con este superyate para salir a navegar. Se trata de una impresionante embarcación de 43 metros de eslora y 7,6 metros de manga construida en el año 1995 en los astilleros Nicolini y sometido a una importante remodelación hace unos seis años.

Y, lógicamente, no tiene un precio asequible para todos los bolsillos. De partida, habría que desembolsar 6.250.000 euros para hacerse con esta joya presente en el Salón Náutico de Palma que mañana domingo clausura su XXXI edición.

Cuenta con siete cabinas, todas ellas dotadas con baño individual, para alojar hasta a trece invitados, y de otros cinco camarotes para alojar a una numerosa tripulación que está compuesta por nueve personas. El capitán, Peter Leeming, lógicamente ocupa una. El resto de los empleados han de compartir cuarto. Y tan solo una de estas cabinas para la tripulación carece de baño en suite. Hasta los marineros disfrutan del lujo y la suntuosidad que ofrece este megayate.

Los acabados son impresionantes y no deslucirían en un hotel de cinco estrellas. La cabina principal, destinada para el propietario, cuenta con un espacioso baño en el que no falta un jacuzzi. Y todas las habitaciones de invitados disponen de su baño individual, su aparato de televisión y aire acondicionado, por no hablar de otras comodidades. El salón, con suelos y mobiliario de madera de cerezo, es también amplio y confortable.

Mil litros a la hora Construido en aluminio y acero, alcanza una velocidad máxima de diecisiete nudos, marcha que no conviene mantener mucho tiempo ya que, como advierte su capitán, implica un consumo de 1.000 litros de carburante por cada hora de navegación. "Además, a esta velocidad, el CD Two solo tiene una autonomía de unas quinientas millas náuticas", explica Peter Leeming, su capitán y máximo responsable que, como la bandera bajo la que navega este megayate, es británico y cuenta con una sólida formación de capitán de marina mercante. Navegar a 12,5 nudos, marcha más cercana a su velocidad de crucero fijada en los catorce nudos, implica un desembolso bastante más aquilatado en carburante, unos quinientos litros por cada hora en el mar.

Con una autonomía de dos mil millas náuticas antes de tener que pararse a repostar, esta embarcación puede atravesar el Atlántico, pero sería terriblemente costoso. "Es mejor ir en avión y contratar allí un chárter. Sale más barato", aconseja el capitán, que revela que salvar la distancia que separa Mallorca de Puerto Rico, por ejemplo, requeriría un par de semanas de navegación.

Sobre cómo afrontaría un temporal en medio del mar, Leeming sostiene que bien, que es un yate marinero, aunque admite a continuación que sería preferible pasarlo bien amarrados en un puerto seguro.

Este año, por vez primera, también se ofrece el CD Two para alquilarlo por semanas y su base estará en Palma. El precio tampoco es barato para esta opción. Para disfrutar de una semana en esta embarcación habría que desembolsar 95.000 euros a los que habría que añadir un 21% en concepto de IVA.

Y a esta cantidad los entendidos añaden que habría que sumar un 30% del coste total para pagar amarres, comidas, extras y carburante. El salario de la tripulación (aparte del capitán, un jefe de máquinas, el primer oficial de cubierta, un contramaestre, un marinero, un cocinero, una jefa de azafatas y dos subalternas de ésta para atender al pasaje) está incluido en el precio referido.

En definitiva, una embarcación dotada de todas las comodidades para navegar distancias cortas rodeado de todo el lujo y comodidad que normalmente no se pueden tener en medio del mar. La travesía preferida por su actual propietario, revela el capitán, era navegar hasta Formentera para poder disfrutar de sus cristalinas aguas estando alojado en un auténtico hotel de lujo flotante.