Fernando Palao, o el Napoleón de los Puertos Ibéricos.

Iñaki Anasagasti

13.01.2009

http://ianasagasti.blogs.com/mi_blog/2008/12


Contempla el Diccionario para maestre tres acepciones: superior de una orden militar; hombre a quien antiguamente correspondía el gobierno económico de las naves mercantes, y, en tercer lugar, maestro o doctor. En sentido figurado, las tres sirven para definir al secretario de Estado de Transportes, Luis Fernando Palao Taboada.

Palao es la cabeza visible de un clan de técnicos ligados al PSOE que controla el sistema portuario español; es la persona que tendrá que ajustar las exigencias económicas de las empresas que amplían El Musel con las ayudas de la Unión Europea y la disposición de fondos públicos, y, en tercer lugar, es un experto gestor cuyo conocimiento del mundo del transporte pocos discuten.


Nacido en Orense en 1942, Palao es del tipo de personas a las que les gusta decir lo que piensan, aunque a otros se les atragante. Lo hizo durante los nueve meses que fue presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, entre agosto de 2003 y su nombramiento como secretario de Estado de Transportes, en marzo de 2004. Durante cuatro de esos nueve meses bregó con los estibadores de El Musel en una dura huelga por su exclusión de EBHISA. Hizo lo que ningún otro presidente portuario se había atrevido a hacer enfrentándose a un gremio que hasta entonces controlaba los muelles.


Durante toda esta semana se ha vivido un revuelo político en Asturias a raíz de unas declaraciones suyas, que realizó en Gijón el lunes de la semana pasada, admitiendo un sobrecoste de unos 232 millones de euros en las obras de ampliación de El Musel. Con esas palabras, Palao destapó la olla que en sigilo se cocinaba en los despachos de la Autoridad Portuaria: su actual presidente, Fernando Menéndez Rexach, afirmaba en marzo de 2006 que se mantenían los plazos y presupuestos de la obra, en un momento en el que ya se estaba negociando la modificación del presupuesto, que entonces ya superaba los 100 millones de euros, tal como publicaba LA NUEVA ESPAÑA.

El lunes de la semana pasada, a la vez que admitía el sobrecoste, Palao anunció que la financiación del mismo está garantizada. Que esto sea así dependerá en gran parte de sus gestiones.

Fernando Palao es ingeniero de caminos, canales y puertos, con la especialidad en construcción y explotación de puertos. También es graduado universitario en dirección de empresas. Durante los catorce años de Gobierno de Felipe González fue director general de Puertos y presidente de Puertos del Estado (cuando se creó el organismo). Fue el único alto cargo, junto con el entonces secretario de Transportes, Manuel Panadero, que permaneció en su puesto durante toda la etapa de Felipe González. Ha sido desde siempre asesor del PSOE en el Congreso y el Senado de todos los asuntos relativos a los puertos.

Llegó al Gobierno de González después de haber sido directivo de compañías como Repsol Petroleo, ITP (Ingeniería y Telemática Portuaria), Carboex, Compañía Trasatlántica Española e Intecsa. También trabajó como ingeniero en la Autoridad Portuaria de Tenerife entre 1967 y 1971.

Tras la derrota del PSOE en 1996, Palao pasó al sector privado y trabajó para el despacho del catedrático de Derecho de la Universidad Complutense Francisco Jiménez-Cisneros Cid. Jiménez-Cisneros fue precisamente quien en 1992 elaboró la ley de Puertos junto con otro catedrático de la Complutense: Ángel Menéndez Rexach, hermano del sucesor de Palao al frente de El Musel.


Tras su vuelta a la actividad pública, en agosto de 2003, como presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Fernando Palao propició que el Gobierno del Principado nombrara a Jiménez-Cisneros como uno de sus representantes en el consejo de administración del puerto gijonés. El despacho de Jiménez-Cisneros es uno de los de mayor reconocimiento en España a la hora de elaborar informes y estudios en materia portuaria. La mujer de este abogado, Alicia Paz Antolín, es la actual directora de los Servicios Jurídicos y Dominio Público de Puertos del Estado. Llegó al cargo con el actual presidente de Puertos del Estado, Mariano Navas. Navas fue la mano derecha de Palao durante la etapa de este último como presidente del ente público.

Entre el grupo de gestores socialistas que controlan el sistema portuario español también figura la directora de Sasemar, Pilar Tejo Mora-Granados, que es la esposa del consejero delegado de la consultora Spim, Alfredo Irisarri. Spim es la consultora en la que trabajó Fernando Menéndez Rexach antes de que lo fichara el Gobierno del Principado. El hermano de Alfredo Irisarri, Vicente, es el actual alcalde de Ferrol y fue presidente de la Autoridad Portuaria de Ferrol.

Palao es la cabeza visible de este grupo de gestores expertos en puertos. Entre sus personas de confianza también está el recién nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, Manuel Docampo. Su nombramiento hizo reverdecer el temor en la ciudad vecina a una fusión de los puertos de Gijón y Avilés. No en vano, fue Palao, durante su etapa al frente de Puertos del Estado, quien promovió la fusión de ambos puertos.

Una polémica, la de la coordinación de ambos puertos, que se quedó en peccata minuta en comparación con el desbarajuste en el proyecto y en el presupuesto de la obra de ampliación. La unión de empresas que ejecuta la obra, liderada por Dragados (grupo ACS), pide más dinero.

Sobre la mesa, aumentar un 40% el presupuesto de adjudicación de 579,2 millones de euros. Florentino Pérez puede provocar un socavón de 232 millones de euros en el departamento que dirige Magdalena Álvarez. La ministra andaluza ya está contra las cuerdas por otros agujeros, los de la obra del AVE en Cataluña. En el PSOE hay quien opina que Palao podría ser un buen relevo.

 

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Contempla el Diccionario para maestre tres acepciones: superior de una orden militar; hombre a quien antiguamente correspondía el gobierno económico de las naves mercantes, y, en tercer lugar, maestro o doctor. En sentido figurado, las tres sirven para definir al secretario de Estado de Transportes, Luis Fernando Palao Taboada.

Palao es la cabeza visible de un clan de técnicos ligados al PSOE que controla el sistema portuario español; es la persona que tendrá que ajustar las exigencias económicas de las empresas que amplían El Musel con las ayudas de la Unión Europea y la disposición de fondos públicos, y, en tercer lugar, es un experto gestor cuyo conocimiento del mundo del transporte pocos discuten.


Nacido en Orense en 1942, Palao es del tipo de personas a las que les gusta decir lo que piensan, aunque a otros se les atragante. Lo hizo durante los nueve meses que fue presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, entre agosto de 2003 y su nombramiento como secretario de Estado de Transportes, en marzo de 2004. Durante cuatro de esos nueve meses bregó con los estibadores de El Musel en una dura huelga por su exclusión de EBHISA. Hizo lo que ningún otro presidente portuario se había atrevido a hacer enfrentándose a un gremio que hasta entonces controlaba los muelles.


Durante toda esta semana se ha vivido un revuelo político en Asturias a raíz de unas declaraciones suyas, que realizó en Gijón el lunes de la semana pasada, admitiendo un sobrecoste de unos 232 millones de euros en las obras de ampliación de El Musel. Con esas palabras, Palao destapó la olla que en sigilo se cocinaba en los despachos de la Autoridad Portuaria: su actual presidente, Fernando Menéndez Rexach, afirmaba en marzo de 2006 que se mantenían los plazos y presupuestos de la obra, en un momento en el que ya se estaba negociando la modificación del presupuesto, que entonces ya superaba los 100 millones de euros, tal como publicaba LA NUEVA ESPAÑA.

El lunes de la semana pasada, a la vez que admitía el sobrecoste, Palao anunció que la financiación del mismo está garantizada. Que esto sea así dependerá en gran parte de sus gestiones.

Fernando Palao es ingeniero de caminos, canales y puertos, con la especialidad en construcción y explotación de puertos. También es graduado universitario en dirección de empresas. Durante los catorce años de Gobierno de Felipe González fue director general de Puertos y presidente de Puertos del Estado (cuando se creó el organismo). Fue el único alto cargo, junto con el entonces secretario de Transportes, Manuel Panadero, que permaneció en su puesto durante toda la etapa de Felipe González. Ha sido desde siempre asesor del PSOE en el Congreso y el Senado de todos los asuntos relativos a los puertos.

Llegó al Gobierno de González después de haber sido directivo de compañías como Repsol Petroleo, ITP (Ingeniería y Telemática Portuaria), Carboex, Compañía Trasatlántica Española e Intecsa. También trabajó como ingeniero en la Autoridad Portuaria de Tenerife entre 1967 y 1971.

Tras la derrota del PSOE en 1996, Palao pasó al sector privado y trabajó para el despacho del catedrático de Derecho de la Universidad Complutense Francisco Jiménez-Cisneros Cid. Jiménez-Cisneros fue precisamente quien en 1992 elaboró la ley de Puertos junto con otro catedrático de la Complutense: Ángel Menéndez Rexach, hermano del sucesor de Palao al frente de El Musel.


Tras su vuelta a la actividad pública, en agosto de 2003, como presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Fernando Palao propició que el Gobierno del Principado nombrara a Jiménez-Cisneros como uno de sus representantes en el consejo de administración del puerto gijonés. El despacho de Jiménez-Cisneros es uno de los de mayor reconocimiento en España a la hora de elaborar informes y estudios en materia portuaria. La mujer de este abogado, Alicia Paz Antolín, es la actual directora de los Servicios Jurídicos y Dominio Público de Puertos del Estado. Llegó al cargo con el actual presidente de Puertos del Estado, Mariano Navas. Navas fue la mano derecha de Palao durante la etapa de este último como presidente del ente público.

Entre el grupo de gestores socialistas que controlan el sistema portuario español también figura la directora de Sasemar, Pilar Tejo Mora-Granados, que es la esposa del consejero delegado de la consultora Spim, Alfredo Irisarri. Spim es la consultora en la que trabajó Fernando Menéndez Rexach antes de que lo fichara el Gobierno del Principado. El hermano de Alfredo Irisarri, Vicente, es el actual alcalde de Ferrol y fue presidente de la Autoridad Portuaria de Ferrol.

Palao es la cabeza visible de este grupo de gestores expertos en puertos. Entre sus personas de confianza también está el recién nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, Manuel Docampo. Su nombramiento hizo reverdecer el temor en la ciudad vecina a una fusión de los puertos de Gijón y Avilés. No en vano, fue Palao, durante su etapa al frente de Puertos del Estado, quien promovió la fusión de ambos puertos.

Una polémica, la de la coordinación de ambos puertos, que se quedó en peccata minuta en comparación con el desbarajuste en el proyecto y en el presupuesto de la obra de ampliación. La unión de empresas que ejecuta la obra, liderada por Dragados (grupo ACS), pide más dinero.

Sobre la mesa, aumentar un 40% el presupuesto de adjudicación de 579,2 millones de euros. Florentino Pérez puede provocar un socavón de 232 millones de euros en el departamento que dirige Magdalena Álvarez. La ministra andaluza ya está contra las cuerdas por otros agujeros, los de la obra del AVE en Cataluña. En el PSOE hay quien opina que Palao podría ser un buen relevo.

 

Comentarios de AEMC

Palao llegó al Musel de la mano de Tini Álvarez Areces, Presidente del Principado, otro gran “gestor de fondos públicos” que algún día probablemente podrá ser noticia.

El derroche de recursos públicos utilizados en la ampliación del muelle de la Osa en el puerto de El Musel, fue quizás el ensayo técnico financiero para la gran ampliación que vendría años más tarde.

Los dragados de arena para rellenar la ampliación ya se puso en práctica en esta obra.

La huelga de estibadores en el puerto de Gijón bajo el mandato de Palao, ha tenido repercusiones muy negativas para el puerto gijonés, entre otras razones porque se perdió la línea de contenedores de Maersk, la mayor naviera de contendores del mundo.

Los escándalos portuarios durante el mandato de Palao no se limitaron a Gijón, sino que fueron algo frecuente en la red portuaria española.