Defensa de los buques escuela

 

Buque escuela Juan Sebastián Elcano, en Cádiz. | Cata Zambrano | Gestymagen

Buque escuela Juan Sebastián Elcano, en Cádiz. | Cata Zambrano | Gestymagen




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Grumetes, cadetes navales, guardiamarinas, alumnos... Ningún mar en calma forjó marinos y menos aún los hizo permanecer en tierra firme. Este artículo propone poner el valor, defender y promocionar la labor y la existencia de los buques escuelas casi inexistentes en el Estado Español. El objetivo de los buques escuelas es claro y sencillo: involucrar a las instituciones en el arte de la gestión de buques operativos y, lo más importante, que la sangre nueva sea cuanto antes uno más en la tripulación del buque mercante.

Un buque escuela es aquel que se emplea para el adiestramiento y entrenamiento de marinos, personal y estudiantes de la mar (máquinas, puente, marinería e incluso ingeniería naval). Los hay en la Armada como el buque Juan Sebastián el Cano, pero en el estado Español no los hay en la Marina Civil, salvo en algunas excepciones testimoniales.

Agravios a los alumnos

El actual contexto legal y con el bajo número de buques mercantes en la flota española (actualmente unos 130 buques) produce los siguientes agravios, comparados con otros países de nuestro entorno, a los alumnos de máquinas y puente para terminar sus titulaciones:

1. En el actual contexto de crisis, los cadetes/alumnos no encuentran dónde cursar sus prácticas (embarque) para finalizar sus estudios.

2. En general, los alumnos están forzados a completar las prácticas en el extranjero.

3. En el sistema de estudios de náutica, existe un período de embarque obligatorio, donde la Administración actualmente no pone los medios para facilitarlo. Por lo que hay dos opciones: o eliminar la obligatoriedad (lo cual no es recomendable) o poner al servicio de la sociedad buques escuela para completar dichas prácticas obligatorias.

4. Un elevado porcentaje de alumnos que terminan las prácticas deciden no volver a navegar, debido a la mala experiencia vivida durante éstas.

Número mínimo de alumnos por buques

El Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de la Marina Mercante, mediante el oportuno convenio de colaboración, puede designar como buques escuela a aquellos buques mercantes españoles que puedan llevar como mínimo seis alumnos.

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Los alumnos no forman parte de la tripulación mínima de seguridad del buque y éstos están bajo la supervisión del capitán, patrón, jefe de máquinas o de los oficiales del servicio correspondiente y podrán asistirles en la realización de las guardias de navegación, en la cámara de máquinas y en la estación radioelectrónica.

Salario mínimo

Para la realización de las prácticas en los buques escuela, no es obligatorio el contrato en prácticas, corriendo únicamente por cuenta del operador del buque, la manutención y el alojamiento de los alumnos. También existe el contrato de formación remunerado. El seguro, si se es estudiante de una escuela reglada, se incluye con la matrícula.

Consideración a bordo del alumno

Los alumnos tienen la consideración de oficiales y figuraran como tales en las listas de tripulantes con la denominación de "oficial alumno de puente, máquinas o radioelectrónica". Pero no será de aplicación cuando las prácticas se realicen ocupando plaza como marinero de puente o de máquinas, en cuyo caso los alumnos tendrán la consideración de tripulantes a todos los efectos.

Tarea a bordo de los alumnos

Durante los períodos de embarque establecidos en la normativa vigente, los alumnos en prácticas de puente o de máquinas deben completar un programa de formación a bordo. En la práctica, tal programa no existe.

¿Qué se debería estudiar en un buque escuela?

De forma general y para todos los alumnos, las tareas de estudio mínimas a realizar son:

1. Familiarizarse con la mar, acostumbrarse a los movimientos del buque, superar el mal del mareo y cumplir con las guardias de mar.

2. Repetición sistemática de tareas relacionadas con contraincendios, arriado de botes salvavidas, supervivencia en la mar y prevención de la contaminación. Aprender las señales visuales y acústicas de las alarmas. Aprender los toques del silbato del contramaestre.

3. El estudio de todos los elementos y partes del buque, vocabulario y su correcto uso.

4. Tareas de mantenimiento del buque: reparaciones, pintura, soldadura, carpintería, electricidad o limpieza, entre otros.

5. Aprender a realizar algunos nudos. Como mínimo, los básicos.

6. Exámenes a bordo de maniobras, sistemas auxiliares y principales.

7. Exámenes propios de cada una de las disciplinas de abordo (puente, máquinas, etc).

8. Aprender a relacionarse con los tripulantes y compañeros, respetar horarios y respetar a los demás.

Lo descrito anteriormente puede variar dependiendo de la rama náutica que se elija haciendo más énfasis en algunos conocimientos que en otros.

Una labor primordial

A modo de conclusión, todas las iniciativas y apoyo en torno al mantenimiento, promoción y creación de buques escuelas son pocas. Las expectativas de crecimiento económicas mundiales en el entorno marítimo son incalculables, por lo que abrir el acceso a la mar de la mano de obra cualificada a la industria marítima y la marina mercante es una labor primordial.

Hay que potenciar para concentrar y aprovechar la dedicación de todas aquellas personas que deciden encauzar su vida en la mar. La creación de uno o más buques escuela es una obligación tan grande como la de tener escuelas en tierra.

(*) Josep Ramon Vidal Bosch es ingeniero naval y oceánico, diplomado en Máquinas Navales, y Víctor Moreno Oropesa es técnico naval y Alumno de Máquinas. Para ampliar la información de este artículo, la bibliografía y la normativa vigente: enavales.com.